martes, 31 de mayo de 2011

Últimos días en Brasil – el Amazonas-

Ciudad del Tigre, Venezuela. 30 de Mayo 2011
Manaos y el Amazonas
Después de pasar unos días maravillosos en Maranhao, nos dirigimos al Amazonas. Nuestra primera intención era ir a Belén y desde allí tomar una embarcación que recorre el Amazonas hasta llegar a Manaos. Pero después de pensarlo mucho, calcular tiempo (el barco tarda 4 ó 5 días sin parar)   decidimos coger un avión y llegar a Manaos por la vía rápida.  Así que sobrevolamos el Amazonas (tuvimos la suerte de gozar de unas vistas espectaculares) y llegamos a Manaos.


 Vistas de pájaro sobre el Amazonas
 Manaos es una ciudad grande con edificios arquitectónicos coloniales de la época dorada de la explotación del caucho. En general no es una ciudad bonita, hace mucho calor, y está llena de mosquitos; pero resulta un enclave idóneo para hacer excursiones a la selva amazónica. Nuestra idea inicial era visitar la selva por nuestra cuenta o de un modo más independiente, pero ese tipo de turismo en la selva resulta imposible (a no ser que tengas amigos indígenas que vivan en alguna comunidad!) Así que por fuerza se tiene que contratar una agencia y hacer un tour guiado. Después de estar mirando diferentes posibilidades nos decantamos por una agencia llamada Amazon Riders,  ellos ofrecen un tour de 3 días por la zona de Araca (a unos 100 km al sur de Manaos) muy cerca del lago Juma. 

 Matthias remando en nuestra canoa
El río Araca y las embarcaciones / bus escuela
Casas flotantes en el río Araca
 El primer día viajamos al famoso- Encontro das Aguas- donde el río Negro se encuentra con el río Solimoes y forman el Amazonas. Lo curioso del encuentro es ver como los dos ríos se  van entremezclando, se puede observar claramente el color oscuro del río Negro y el color marrón del Solimoes.  Además nos contaron que el río Negro (que viene de Colombia) baja a más velocidad y que su agua es muy ácida (no tiene tantos mosquitos!) Sin embargo el  Solimoes (que viene de Perú) es menos ácido ( com más mosquitos!) y por lo tanto más animales viven en él!
Nuestra aventura continuó con numerosos viajes en diferentes tipos de lanchas hasta llegar al Araca, un afluente del Amazonas; una vez  allí tomamos la típica canoa estrecha de madera hasta el refugio/lodge  Marmory. Esa misma mañana nuestro guía Matthias nos llevo a dar un paseo en canoa por los canales del río. En esta época del año hay muchas  lluvias y parte de la selva queda inundada más de 5 metros formando canales  sólo navegables en pequeñas canoas y con machete en mano para ir talando la vegetación que interrumpe el paso.  Ambos quedamos muy impresionados por la escena que vivimos…nos parecía estar en una película de aventuras!

Nuestra canoa en medio de la selva inundada

  Monos colgados de los árboles

Aves de la selva; águila y hoacín









Pirañas
Carlos, Ana y Ria
 

















Por la tarde llego parte del grupo que faltaba (nuestro grupo fue genial; Ana, Carlos y nuestra japonesa Rie!) fuimos a pescar pirañas y avistar más animales; vimos osos perezosos, monos, delfines de río y millones de aves extrañas. La pesca de pirañas fue todo un éxito, Rie, Ana y Carlos pescaron un montón…nosotros nada; un desastre! Por la noche cenamos pirañas fritas, sí, sí…y estaban buenísimas! Cuando se hizo oscuro nos fuimos a dar un paseo nocturno por el río para cazar caimanes….el borde de la canoa quedaba a ras del nivel del río, e íbamos remando en silencio absoluto intentando ver puntitas de luz rojiza…(los ojos de los caimanes) Quique fue muy valiente, estaba en su salsa, pero Blanquita iba aterrorizada con tanto ruido de selva y tanta oscuridad!!! 

Matthias en plena caza

Quique con su presa
 Nuestro guía Matthias, que era un hacha, cazó varios caimanes. El atrevido de Quique agarró a dos con sus manos!!! A Blanca el paseo nocturno se le hizo eterno y cuando regresó respiró aliviada, pero el recuerdo y la descarga de adrenalina quedarán en la memoria!
Paseo en canoa a primero hora
Los nenúfares pueden tener hasta 2 metros de diámetro!

La madrugada siguiente nos levantamos a las 5  dimos un paseo en canoa por los canales para ver más animales y los nenúfares en flor (su flor se cierra con los primeros rayos de sol).
Vistas de la salida del sol

La selva inundada y sus árboles
 Más tarde hicimos otro paseo en canoa hasta llegar a un punto donde la selva no quedara inundada y así hacer una caminata por la jungla. Esta vez la descarga de adrenalina fue de nivel superior, ya que sólo llegar Matthias nos avisó de varios peligros a tener en cuenta; ranas cuyo veneno resulta mortal, plantas con espinas venenosas que estaban por todas partes, hormigas gigantes que cuando pican causan un bloqueo del sistema nervioso, mil serpientes venenosas camufladas en el suelo de jungla, arañas del tamaño de un puño y diferentes tipos de tarántulas peludas!  Con tal repertorio de inseguridades amenazantes, Ana, nuestra compañera madrileña soltó un simpático: -Matthias, this place is full of dangers!!!- (Matthias, este sitio está lleno de peligros!)Y todos nos reímos para relajarnos, pero en el fondo a nadie le gustaba la idea de perderse por ahí. Matthias nos enseñó varias formas de supervivencia en la jungla; como conseguir agua potable, qué frutos comer…etc. Pero a todos nos quedó muy claro que en la selva no somos nadie, que los animales peligrosos son los más pequeños (pues los grandes se alejan al máximo del hombre) y que sin un buen machete te mueres!

Matthias con su machete: without a machete you are going to die, with a machete you´ll die later!!!( sin machete te mueres, con machete mueres más tarde!)
Tarántula y rana venenosa

Por la tarde regresamos al refugio, recogimos nuestras pertenencias más básicas para poder pasar la noche en medio de la jungla. Se trataba de montar un campamento con hamacas y pasar lo noche escuchando todos los ruidos de la selva. Así que nos cargamos de coraje y cortamos leña para la hoguera, cocinamos pollo asado, montamos las hamacas con mosquitera…y a dormir!!! Bueno, lo de dormir es un decir porque  la noche fue bastante movidita; se puso a llover, las hamacas estaban en forma de - V-  muy  incómodas y los mosquitos no dieron tregua! Pero teniendo en cuenta la situación, los mosquitos eran de lo mejorcito que nos podía picar!
Nuestro campamento de Hamacas y nuestro colega Rick
Nuestra cena

Por la mañana Matthias nos dio un paseo matinal por la jungla, recogimos el campamento,  y en medio de un lluvia intensa volvimos al refugio. Por la tarde regresamos a Manaos y al anochecer tomamos un bus hacia Boa Vista – último pueblo antes de llegar a Venezuela- Nuestro próximo destino Sta. Elena, la excursión al Roraima.

Nido de termitas
Tarántula en su hábitat
Quique bañandose en el Amazonas
 Paseo bajo la lluvia!



lunes, 16 de mayo de 2011

¡Nuestros días en Brasil!

Saô Luis 16 de Mayo 2011


Otra vez atrasados en el tiempo, pero prometemos ponernos al día...!!!
Escadario do Selarón
Empezaremos por Rio de Janeiro. Llegamos un domingo festivo (en plena Semana Santa) nuestro hostal estaba céntrico, en  el barrio de Lapa /Sta Teresa. Este barrio no corresponde a la imagen que todos tenemos de Rio, pero es donde se concentra toda la bohemia, la vida nocturna y unas escaleras muy famosas “Escadaria do Selarón” construidas por un escultor chileno con azulejos temáticos provenientes del todo el mundo.

 
Club de lectura portugués


El centro está bastante destartalado, pero tiene rincones especiales muy sorprendentes como el centro de lectura portugués. Un lugar pintoresco que nunca imaginarías en medio de Rio de Janeiro!
La mañana siguiente fuimos a dar el típico paseo de postal de Rio; las playas de Ipanema, Copacabana con el Pan de azúcar de fondo. Y la verdad, las postales no engañan; el paseo es precioso, las playas tocan a un mar azul intenso y los cariocas juegan a futbol, bailan y surfean en las olas, algunas tan grandes, que muchos bañistas se lo piensan dos veces antes de meterse en el agua.
            Playa de Ipanema


             
 
Por la tarde fuimos al Pan de Azúcar, la famosa roca que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad y a la que se sube en el famoso teleférico, sí, aquel donde James Bond lucha contra el malvado “Tiburón” venciendo y huyendo con la chica.

Al otro día hicimos otra de las visitas obligadas de Rio; El Cristo Redentor, donde disfrutamos de otras vistas igualmente magníficas de la ciudad.


Vista desde el  Corcovado


 Desde lo alto se puede ver toda la bahía y desde allí el viajero toma conciencia del enclave privilegiado que tiene la ciudad.


Catedral de Rio

 






                   








       Estadio Maracaná

Se pueden ver las playas, los diferentes barrios, los rascacielos, las favelas, el estadio de Maracaná, el “sambódromo”, la catedral y todo lo que hace que Río sea Río.
                                                       


Llegando a Salvador de Bahía
 
Dejamos Rio para  desplazarnos hacia el Norte, y tras una breve parada en Arraial d’Ajuda llegamos por mar hasta Salvador de Bahía. Esta ciudad es famosa por su centro histórico  y pelourinho (lugar destinado a la venta de esclavos) situado en la alto de una colina. En Salvador la población es mayoritariamente de color y presenta muchos rasgos culturales africanos.

Las "santeñas" de Bahía.
Por la calle se pueden observar fácilmente las “santeñas” mujeres que visten trajes de época y que por pocos “reais” te pueden dar una bendición.La mezcla cultural es un extraño combinado entre la religión católica y otras religiones africanas denominado “candomble”.
      Vistas del centro histórico de Salvador

             Faro de la playa de Itapúa


     
 Visitamos la playa de Itapúa más al norte y la iglesia de Bomfin en la península de Itapagipe famosa esta última por ser un lugar de gran devoción popular y donde al parecer, el Cristo que alberga obra  auténticos milagros.
                                                                                                                                                                           
Playa de Pipa - Madeiros-
Desde salvador volamos hacia Joao Pessoa y desde allí seguimos hacia el Norte para conocer la pequeña localidad de Pipa. Se trataba de un lugar tranquilo para disfrutar de sus playas. Una de ellas es la Praia dos Golfinhos a la que se accede únicamente con marea baja y de la que hay que salir antes de que suba la marea para evitar quedar atrapado. En esa playa acuden con frecuencia los delfines para pescar.
Allí, mientras nos bañábamos pudimos verlos saltar a pocos metros de nosotros persiguiendo esquivos peces


Sí, sí!!! Son delfines!!!






     Playa de Madeiros y  playa do centro- Pipa-



Playa de los "Golfinhos"





Desde Pipa fuimos a Natal y desde allí a Canoa Quebrada, un antiguo pueblo de pescadores convertido en un refugio hippie y con pretensiones de convertirse en un futuro destino vacacional para europeos. Y fue justo en la playa de Canoa donde unos amables pescadores nos ofrecieron dar un paseo para ver tortugas en su velero “rústico” (la embarcación típica de la zona de Ceará “la jangada”; toda de madera y con una vela remendada con parches). A 100 m de la orilla hay un arrecife de coral y es fácil ver tortugas nadando por encima del coral. La experiencia fue muy bonita;  Kike que hacía tiempo que no navegaba a vela disfruto como un niño!!!

Canoa Quebrada  y la Jangada con la que navegamos
 
Quique ayudando a unos jóvenes marineros

Vistas a la playa de Canoa Quebrada




Y después de este magnífico día nos dirigimos a Fortaleza y de ahí volamos a Saô Luis (sacrificamos la muy recomendada Jericocoara para ahorrar tiempo y dinero!). Los vuelos que estamos haciendo en Brasil son algo peculiares…; volamos de madrugada a las 1:45 h., o a las 2:30 h…así que el día de llegada se convierte en un día interminable, horas y horas de espera y mucho sueño!!! Al final, llegamos a Saô Luis un poco descontextualizados, pero enseguida emprendimos otro largo trayecto de casi 5 horas en bus hasta Barrerinhas, el pueblo más cercano a los “Llençois Maranheses”. Barrerinhas tiene un río precioso y afortunadamente nuestro hostal contaba con unas vistas preciosas sobre él.



 
Las vistas del río desde nuestra habitación 

Un vez descansados decidimos hacer la excursión a los “Llençois”; tomamos una camioneta 4x4 traqueteando por bancos de arena, ríos, charcas, el trayecto en sí ya era una aventura! Pero lo mejor fue llegar al lugar; una extensión de dunas blancas con lagos pluviales bajo un cielo plomizo ( en esta época del año hay mucha lluvia). La excursión en si consistía en pasear por las dunas, bañarse en los lagos de agua dulce y disfrutar de ese paisaje tan maravilloso!

Camioneta 4x4 cruzando el río

Los Llencois


 
 Agua cristalina, dulce y fresquita en un desierto de dunas 



Quique hizo fotos preciosas, aquí sólo hay una pequeña muestra, pronto colgaremos un álbum con más ejemplos

El día siguiente decidimos hacer una excursión con lancha rápida por el río hasta la desembocadura y ver el otro lado del parque, pero lo mejor, sin duda, fue el viaje en lancha  río  arriba contemplando la vegetación tan espesa y escuchando los animales. Nos parecía estar en el Amazonas

Nuestra lancha en pleno paseo por el río
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