sábado, 3 de noviembre de 2012

Cambodia


Vilafranca Del Penedès, Barcelona. 27 de octubre de 2012

Algunos pensabais: ¿Por dónde andará esta pareja?  Habrán vuelto, se habrán perdido, se han quedado en algún lugar paradisíaco?!

Pues no, lamentablemente nada de eso fue posible y escogimos la opción más esperada…la vuelta a nuestro hogar.

Después de revisar detenidamente los destinos, contar las existencias en nuestras modestas arcas y ver que otra aventura muy grande se avecinaba sin previo aviso, decidimos volver.
 
Sobre la aventura que a día de hoy nos ocupa y de cómo fue nuestro regreso ya hablaremos otro día largo y tendido, ahora continuamos el viaje;

 Asia segunda parte. Cambodia

Dedicamos esta publicación con especial cariño y afecto a nuestros tíos Quique y Esther, por toda su generosidad, su alegría y  por llevarnos ese pedacito de familia al Sudeste Asiático.

Tío Quique y Esther ante el templo de Angkor Wat en Cambodia

Así que hoy, sin más preámbulos, os queremos contar cómo fueron nuestros días en Cambodia y todas las sorpresas agradables que ahí encontramos.

Después de viajar más de 40 horas sin cesar por las carreteras medio inundadas de Tailandia (era el pasado mes de Noviembre 2011 y medio Sudeste Asiático estaba bajo el agua), llegamos a la frontera entre Tailandia y Cambodia: Poi Pet. El Autobús te deja justo antes del primer paso fronterizo y allí te espabilas como puedas. Lo decimos así, porque llegas muy cansado, acalorado y sin saber muy bien dónde vas y lo que tienes que hacer. Nadie te ayuda, y si te ayudan….peor! Nos referimos al negocio del engaño al turista occidental, somnoliento e iluso. Nosotros que ya veníamos hartos de esas circunstancias llevábamos el visado hecho y con todos los papeles en regla. No queríamos oír ni un comentario, ni una sugerencia…todos, pero todos y sin excepción, son una panda de buscavidas…esperan todo el día el autobús que llega de Bangkok o Phuket en busca de turistas perdidos y desorientados…entonces, zas!!!! Les cobran 20 USD y ellos pueden sobrevivir el mes. El panorama es tan exagerado que incluso hay una red de timadores preparados con disfraz de guías oficiales del gobierno! Su turista perfecto es aquel que llega, pregunta por la frontera, no tiene ningún papel, ni sabe cuánto cuesta el visado…ahí ellos se ponen las botas y les cobran por visados falsos o por certificados inexistentes.

Pero aunque vayas preparado con el visado pagado y en regla, mentalizado y con cara de robot, consiguen engañarte!!! Díos, qué fieras! A nosotros y a un grupo de jóvenes que iba detrás nuestro nos convencieron que había un servio gratuito de bus de la frontera a la estación de buses, se trataba de un servicio del gobierno para evitar a los timadores que podías encontrar por el camino! Y zas!!! Nos pillaron!!! Fue poquito en comparación a lo que hubiera podido ser, pero el bus en cuestión nos llevo a una estación improvisada de conductores privados dónde había un monopolio de servicio de transporte para llevarte donde quisieras del país. Así que pagamos 20 USD por un trayecto en  minivan que en realidad costaba 5 USD!!! Nos dieron un tipo de cambio ridículo y nos tomaron el pelo todo lo que pudieron y más! Moraleja: no llegar cansado a un país extranjero, no cambiar dinero durante el primer día y acepta con alegría que te van a timar, seguro!

 El trayecto en minivan nos llevó hasta Siem Reap, la famosa capital de los templos de Angkor. Cuando llegas a Siem Reap no ves ningún templo, es una ciudad turística repleta de hoteles e instalaciones para los turistas.
Nosotros nos alojamos en un hostal muy barato que decidió nuestro conductor. Sí, en pleno engaño, hay un punto donde ya te da igual y decides dejarte llevar. Ya sabemos que el conductor se llevó una comisión, pero al final que más da 50 que 80, el cansancio y las pocas ganas de discutir hacen que te dejes llevar.

Quique y Esther en Cambodia
Dormimos en un cuartucho más o menos decente y barato. Pero quien iba a imaginar que entre las paredes del cuartucho en cuestión recibiríamos una de la noticias más alegres de nuestro viaje…Quique y Esther estaban en Vietnam y en 3 días llegaban a Cambodia, en concreto a Siem Reap!!! Qué alegria!!! Puede haber una casualidad más grande?! Ni hecho a posta hubiera salido tan cuadrado y perfecto.
 
Así que les escribimos rápidamente para hacerles saber nuestro planning y encontrarnos en breve en Siem Reap.

Nosotros, como queríamos ver más cosas de Cambodia, aprovechamos esos 3 días y nos fuimos a Battambang, una localidad alejada de Siem Reap (a unas 8 ó 9 horas en barco). Un “coup de coeur” de esos que no olvidas jamás. No por la localidad en sí, sino por el trayecto que nos llevó hacia ella. El trayecto en barca por el lago Tonle Sap Lake, los canales inundados y villas flotantes es de lo más espectacular que hemos visto en nuestro viaje.

Barca deslizándose por el lago Tonle Sap Lake
Ver como todas esas familias viven sus vidas en medio de un lago marrón a expensas de sus pequeñas canoas y de lo que consigan pescar en el día es casi inimaginable en una sociedad tan perturbada por el consumo como la nuestra.
 

Sobre estas linas. A la izquierda niña pescando, a la derecha casas típicas del lago

La barcaza en la que íbamos montados transcurría lentamente entre esas villas flotantes y sus aldeanos nos saludaban de lejos o  se acercaban en sus pequeñas canoas en búsqueda de víveres o de un viaje breve hacía la siguiente villa más alejada. Los dos estábamos atónitos…sin exagerar, a día de hoy todavía no sabemos como describir nuestro cúmulo de sensaciones y reflexiones a lo largo de esas 9 horas de tr

ayecto…quizás le podríamos poner un título ( y que cada uno se imagine a lo que nos podemos referir) : cuando la belleza y la pobreza serena se encuentran: Tonle Sap Lake.


Sobre estas lineas, a la izquierda un grupo de niños va navegando a la escuela flotante. A la derecha Blanca atónita.


  Seguro que con las fotos maravillosas que tomó Quique os darán una idea aproximada.
 
 
Una de las orillas del lago
 

A la izquierda niños saludándonos a nuestro paso. A la derecha una niña va al lago a lavar la ropa.
 
 
Un pequeño grupo de aldeanos viene a unirse a nosotros

 
Campesinos segando los campos
Una vez llegamos Battambang nos alegró ver que era una  localidad más o menos tranquila, con unos precios extremadamente baratos y unos locales entrañables y dispuestos a enseñarte todos sus pequeños rincones. La ciudad tiene algunos edificios coloniales descuidados y la villa en sí no tiene nada, pero si sales hacia la zona de los templos (dónde puedes perderte y soñar que estás en una película de aventuras)  te adentras a las zonas rurales  (dónde paseas por los campos de arroz y ves a los aldeanos como viven en sus casas de bambú y paja) y descubres la verdadera belleza de Cambodia.



Templo perdido en Cambodia
Blanca
 



Blanca en el templo perdido
 








Casa típica
Fue en las afueras de Battambang donde, por primera vez en nuestras vidas, montamos en un tren de bambú. Sí! En realidad se trata de un plataforma hecha de bambú desmontable que va por encima las vías del tren gracias a la fuerza de un pequeño motor improvisado y la maña de los camboyanos. Este tren transcurre en medio de los arrozales de Camboya y se usaba para transportar el arroz recolectado.

Railes del tren de la jungla

A día de hoy los aldeanos lo siguen usando con ese propósito, pero poco a poco se va convirtiendo en un gancho turístico. Una de las anécdotas que tiene el tren es que sólo existe una vía, así que cuando dos trenes se encuentran en sentido contrario el que va con menos carga desmonta la plataforma y su mecanismo para dejar pasar al que va más cargado.

Os resumimos el proceso con unas fotillos...
 
...Blanca en el tren de bambú...

...Cuando dos trenes que van en sentido contrario coinciden hay que desmontar el más ligero...

Así que: La plataforma por allí...

...El eje por allá...

...Y via libre, el otro tren pasa y listo!!! Se vuelve a montar el tren en un periquete y se prosigue el viaje
 
Es curioso ver como una vieja vía simple que podía estar en el olvido cubierta de maleza, se ha convertido en una herramienta útil y económica de transporte además de un atractivo turístico.
 
Después de esos días volvimos a Siem Reap, una locura de ciudad turística, donde la picaresca y los lazarillos corretean a la vuelta de la esquina. Pero a nosotros nos esperaba una alegría con mayúsculas: Quique y Esther! Cuando los vimos entrar por el hall del hotel no lo podíamos creer, por fin un pedazo de familia en tierras lejanas, por fin un abrazo caluroso de verdad! Teníamos tanto que contar, que preguntar que no sabíamos ni por donde empezar…así que nos sentamos en la terraza del hotel y nos tomamos unas cervezas camboyanas bien fresquitas y empezamos a charlar.

Durante los días que coincidimos tuvimos la suerte que Quique y Esther nos patrocinaron alojamiento, transporte y guía de cinco estrellas. Para nosotros era como estar de vacaciones de lujo, qué cama, qué ducha, qué piscina…pero lo mejor: qué Guía!!! Sin lugar a dudas nuestro dulce y entrañable guía nos provocaría algunos de los mejores momentos y ataques de risa!!!

Quique y Esther con nuestro entrañable guía John. 
Así que nos adaptamos encantados al planning de Quique y Esther y nos dispusimos visitar los templos de Angkor.

Para poneros en contexto de nuestros fabulosos días, es imprescindible haceros una breve descripción de nuestro entrañable guía. John era un chaval de unos veinte añitos, muy flacucho y con un tipillo muy fino, vamos, la envidia de los occidentales! Vestía siempre unos pantalones marrones con pinzas, ralla planchadísima y acampanados al más puro estilo de los 70. Todo en él desprendía ternura, su mirada dulce e ingenua, y cuando nos contó que vivía en un orfanato y que cuidaba de los más pequeños que vivían en él…pues imaginaros! ( Hay que tener en cuenta que debido a la guerra civil que sufrieron los camboyanos hay multitud de huérfanos). Pero sin lugar a dudas, lo mejor de John era su capacidad de aprender idiomas en tiempo record. Sí, señores, estábamos ante un camboyano  que aprendió español en apenas 6 meses. Aunque el español de John era complicado de seguir, tenía un buen uso de los verbos y se había empollado la guía “routard” de Camboya en español. Además tenía una verborrea que ni un Ministro de Turismo! Eso sí, tenía tal cantidad de vocabulario que no sabía muy bien donde colocarlo en la frase y eso provocaba situaciones y conversaciones de lo más complejas y esperpénticas, llevándonos en la mayoría de casos a verdaderos ataques de risa! Pobre John! Nunca quisimos reírnos de él, pero hay veces que la risa no se puede controlar!!!

Bien, volvamos a Angkor y nuestra ruta turística. Es necesario aclarar que visitar el complejo arqueológico de Angkor no es tarea de un día, se trata de una extensión de más de 400 km2 y unos 100 templos! Normalmente sólo se visitan los más importantes, pero aún así se recomienda verlo en tres días como mínimo. El primer día visitamos algunos de los más alejados como el de Banteai Srei o templo de las mujeres. Este templo fue dedicado a la diosa  Hindú Shiva y según nos dijo nuestro guía, se trata del único templo construido únicamente por mujeres y el que tiene las tallas y esculturas  más refinadas de todo el conjunto arqueológico de Angkor. Según dicen, es el templo más bello de toda la cultura jemer.
 
Friso en el templo de Banteai Srei




 
Tío Quique ante el Templo de Banteai Srei.
Durante la construcción intervinieron
únicamente mujeres.
 
Durante la visita a este templo nuestro guía, John, nos deleitó con un sinfín de anécdotas sobre dioses y leyendas imposibles de seguir…creednos, imposible del todo!!! Nuestro conocimiento sobre mitología Hindú es bastante reducido y si a eso le añadimos nuestras dificultades por comprender a John, el resultado era un hartón de risa disimulado ante historias de cocodrilos mágicos, y embarazadas con poderes!!!

Después de este templo nos dimos cuenta que habría un encargado en seguir las complejas explicaciones de John: el tío de Quique! Qué paciencia, qué maestría controlando los ataques de risa! Los demás íbamos muertos de calor y risa ¡Qué crueles!
 
El segundo templo fue Banteay Sabré del siglo XII, este está dedicado a la Diosa Vishnú y tiene fama de ser el mejor exponente de esta época, después del gran templo de Angkor Wat.

Templo de Banteay Sabré
El tercero fue el preámbulo de lo que nos esperaba el día siguiente. Se trata del templo de Preah Kahn, uno de los más importantes de Angkor, y que no recibe tantas visitas como el que visitaríamos al día siguiente. Este templo fue construido a finales del siglo XII por Jayavarman VII y estaba dedicado a su padre. Su característica principal es que es bastante amplio y sirvió para salvaguardar todo el resto de los templos de Angkor. Su otra característica es que presenta uno de esos decorados de películas de aventuras, sí, un lugar mágico donde la madre selva ha ocupado el templo y se ha hecho Diosa y dueña del lugar.

Templo de Preah Kahn y la jungla sobre él
Pues eso, así estaba todo, igualito que en  El Libro de la Selva
El segundo día visitamos el famosísimo templo Ta Prohn, éste, al igual que el de Preah Kahn, fue construido a finales del siglo XII por Jayavarman VII, pero estaba dedicado a su madre. La fama de este templo se debe a la selva que reina en él. Según nos contó nuestro guía este templo se ha dejado tal y como lo encontraron los franceses que llegaron aquí. Se escogió este templo como muestra del estado en que estaban los templos de Angkor.


Piedras caidas por doquier 
Un enorme Ficus sobre las ruinas de Ta Prohn





 




















La verdad es que el lugar no tiene desperdicio, las fotos os ayudaran a entender porqué es el favorito de todos. Ficus enormes enredados entre paredes, raíces por todas partes, es mágico y misterioso. Aquí entiendes que la naturaleza no entiende de muros y que su fuerza es ilimitada.

  

Árboles por todas partes!!!
Con el paso de los años las raices de los árboles se han ido metiendo por todas partes y se han ido recuperanto el suelo que un día el hombre les quitó.









-A que impresiona!!!
Aquí un grupo de intrépidos aventureros!!
Y aquí los Quique's

Después de este templo fuimos a visitar el rey de los templos: Angkor Wat. Éste es el templo más grande y mejor conservado de toda la cultura jemer. Dedicado en un principio a la Diosa Vishnú, se construyó a principios del siglo XII por orden de Suryavarman II y albergó el centro político y religioso del imperio además del palacio real.
 
El impresionante templo de Ankor Wat
Cuando uno entra en él se da cuenta de la importancia y riqueza que tuvo el imperio  jemer. Se dice que incluso unas 20.000 personas llegaron a habitar en el templo.
 
 
A partir del siglo XIV, la cultura jemer entra  en decadencia, aún así,  el templo se  siguió usando por los monjes budistas hasta que llegaron los franceses y lo descubrieron. Gracias a que el templo siempre fue habitado no cayó en el abandono como los otros templos de Angkor.


Hay que considerar Angkor Wat como una de las maravillas del mundo y  el turismo masivo que hay a su alrededor es una fuente de riqueza para esta provincia de Camboya. La Unesco lo protege, pero aún así vimos miles de niños y lazarillos merodeando el recinto arqueológico en busca de alguna moneda a cambio de postales o cualquier otro souvenir. Hay tantos que uno se pregunta si las escuelas estarán vacías. Angkor es la muestra de cómo el turismo masivo de occidente enriquece, pero también enturbia una sociedad pura y humilde.
 
Una densa jungla envuelve todos los templos
Por ese motivo, si uno va a Camboya y sólo visita Siem Reap y los templos de Angkor se llevará una idea equivocada del país. El país es extremadamente pobre y sus gentes son humildes y bondadosas con un pasado reciente aterrador, pero sobre esa historia más reciente os hablaremos cuando lleguemos a Phnon Penh; la capital.

Después de tanto templo, nuestro guía John, nos propuso volver al lago y visitar algunas aldeas que quedaban cercanas a Siem Reap. Y aunque nosotros ya sabíamos de qué iba nos encantó acompañar a Quique y a Esther a ver la maravilla del lago y sus habitantes.



Tío Quique en cubierta

Sólo viendo las caras de Quique y Esther nos dimos cuenta de lo muy sorprendidos que quedaron. Al igual que nosotros, les encantó el lago y la forma de vivir de sus aldeanos. John nos llevó a una pequeña aldea, vimos como vivían los monjes y tuvimos la casualidad de coincidir con la salida de la escuela de los más pequeños.






Sin lugar a dudas las fotos que podréis ver a continuación son un fiel reflejo de su vida cotidiana. 

Visitar los palafitos del lago y la forma de vivir de sus gentes es una experiencia inolvidable 

Un grupo de niñas remando hacia el cole


Aquí la avenida principal del Palafito con algunos de sus habitantes circulando en canoas
 Aquel día por la noche nos fuimos a cenar por el centro de Siem Reap y luego fuimos a dar una paseo por sus mercados nocturnos. De pronto Tío Quique se fijo en unos curiosos puestos que había cerca del mercado, ofrecían algo así como unos masajes de pies. Así que enseguida Tío Quique dijo: -Ésto hay que probarlo!!! Esther y Blanca se quedaron incrédulas y es que no era para menos; aquellos masajes consistían en poner los pies dentro de un acuario lleno de peces y dejar que éstos te fueran mordisqueando la piel!!!

Quique se dejó convencer  rápidamente por su tío y un instante después los dos Quiques estaban disfrutando de un extraño masaje piscícola. Y es que, según dijeron, la sensación era extrañísima. Notar como los peces te iban mordiendo los pies era como si te estuvieran dando miles de pellizcos y no sólo eso, además daba cosquillas!!!. Las caras que ponían no tenían desperdició. Blanca y Esther estuvieron riéndose un buen rato, y es que para que negarlo, eran como dos niños pequeños.

-Nada como un buen masaje en los pies al final del día!!!
El día siguiente nos tocaba lo peor; la despedida. Sí, los días con Quique y Esther llegaban a su fin. Qué pena, los hubiéramos metido dentro de nuestras cargadas mochilas para tener ese trocito de familia que tanto habíamos añorado y que ahora se volvía alejar. Pero “c’est la vie”! De modo que seguimos nuestro rumbo con el corazón un poco achuchado y con las preocupaciones habituales de 2 mochileros con ansias de seguir viendo mundo.


-Gracias por todo muchachos!!! Hasta pronto!!!
Nuestro siguiente destino fue la capital. Phnon Penh es una capital desordenada, fea, y sin mucho interés. Nosotros teníamos que permanecer unos días para tramitar los visados del Vietnam en la embajada y preparar la visita a nuestro nuevo destino; Vietnam. Pero ya que teníamos que quedarnos allí decidimos aprovechar el tiempo y ver lo que ofrecía Phnon Penh. Bien, tristemente lo más interesante de la capital es su historia reciente y con ello nos referimos a los testimonios que hay de ella. Estamos hablando de los famosísimos “killing fields” que sería como los campos de la matanza o muerte. Ya veis que con ese nombre poco más hay que decir y que el cariz que  va a tomar el texto a partir de este instante es muy espeluznante. Todavía hoy al recordar lo que nos explicaron y vimos se nos encoge el corazón. Muchos de vosotros ya sabréis de lo que os estamos hablando, bien por conocimiento de historia contemporánea o porque habéis visto una película llamada “The killing fields” que cuenta un poco lo que sucedió.

Bien, nosotros no pretendemos dar una clase de historia, pero sí que para todos aquellos que no sepan de lo que estamos hablando os daremos unas breves pinceladas de lo que ocurrió en Camboya después de la guerra del Vietnam.
Hacia el año 1975 la guerra del Vietnam había terminado y con ella Camboya había quedado arrasada y terriblemente empobrecida. Además desde 1970 regía una dictadura militar que no ayudaba a mejorar la situación. Así que ante tal descalabro de país, pasó lo que suele suceder; un grupo comunista totalitario conocidos como los Jemeres Rojos (Khmer Rouge), bajo el mando de Pol Pot, tomó el poder. Y lo que tenía que ser una situación ventajosa para los pobres camboyanos pasó a ser su peor pesadilla. Durante sus 4 años de mandato los Jemeres Rojos perpetraron uno de los mayores genocidios de la historia. Unos dos millones de camboyanos murieron en menos de 4 años. (En estos casos las comparaciones son odiosas, pero si se comparan muertos por años transcurridos y población afectada, estaríamos hablando del mayor genocidio de la historia). Sus principios ideológicos se basaban en una sociedad agrícola igualitaria donde la propiedad privada estaba absolutamente prohibida, incluso la comida. Se prohibió el uso de cualquier mecanismo mecánico, la posesión de textos o libros y quien hubiera recibido cualquier formación o educación era llevado al campamento de exterminio. Llevar gafas o hablar un segundo idioma también era motivo para ser exterminado. Los niños tampoco quedaron libres del genocidio. Durante ese régimen todo era válido, cualquier actuación justificaba el exterminio ya que dentro de su ideología se creía que con un millón de personas era suficiente para mantener Camboya.

Bien, afortunadamente, el régimen sólo duró cuatro años y en 1979 los Vietnamitas invadieron Camboya y los Jemeres Rojos se escondieron en las zonas más inaccesibles de Camboya convirtiéndose en una guerrilla que duró 30 años.

Y aunque lo peor ya había pasado, como occidentales no podemos dejar de sentir una inmensa vergüenza, ya que las Naciones Unidas y otras organizaciones mundiales en pro de la paz siguieron mostrando apoyo a los Jemeres Rojos (no había conocimiento alguno del genocidio que se había cometido). De modo que hasta el 1994 el líder de los  los Jemeres Rojos se siguió sentando en la ONU, ya que era el único gobierno reconocido por esta organización. Finalmente el partido fue ilegalizado en 1994, y en 1997 Pol Pot terminó condenado en un arresto domiciliario hasta su muerte. Actualmente los líderes del antiguo régimen están siendo juzgados por un Tribunal Internacional.

Resumiendo un poco, la población de Camboya está fuertemente afectada y marcada por estos hechos históricos recientes. Visitar “The killing Fields” es ver un campo de exterminio en toda regla, donde las mandíbulas y los huesos aparecen en el suelo cada vez que llueve y se aparta un poco la tierra. No estamos exagerando, es un lugar para seguir recordando que el peor enemigo del hombre sigue siendo el hombre y que aunque parece que esto no pueda suceder nunca jamás, la historia nos va recordando que sí es posible y que incluso las organizaciones mundiales en pro de la paz no pueden evitarlo.

Bien, como os podéis imaginar aquel día fue terrible, Blanca no dejaba de llorar y Quique quedó en silencio el resto del día. Por la noche nos costó conciliar el sueño, y cada vez sentíamos más empatía por este precioso país.

Finalmente con los visados de Vietnam en mano embarcamos en un barco que nos llevaría rio abajo a lo largo del Mekong. Nos esperaban más de 5 horas de viaje hasta la frontera y desde allí hasta el inmenso Delta del Mekong.


Tío Quique

Encontrarnos con Quique y Esther fue una casualidad absoluta, una coincidencia de esas que se dan una vez en la vida y tuvimos la suerte de compartir con él unos momentos inolvidables.

Nuestro Tío Quique falleció el 22 de septiembre de éste mismo año como consecuencia de un cáncer contra el que luchó con optimismo hasta el último momento.

Teníamos pendiente esta publicación desde hacía mucho tiempo, de hecho, la mayor parte del texto fue escrita durante el mes de agosto. Después, al morir Tío Quique nos costó finalizar el escrito. No hemos hecho cambios sobre la parte escrita y así está: con alegría, sencillez y gratitud sincera por aquella genial coincidencia.

Ahora los recuerdos de aquellos maravillosos días por Cambodia los atesoramos como si fueran joyas de gran valor. Tenemos la suerte de que nos basta con cerrar los ojos para imaginarnos a nuestro tío con su sombrero de viajero y su mirada feliz en el horizonte.
 
-Hasta la vista marinero